domingo, 30 de junio de 2013

Entre velas y amigos VI: cocinando siempre con amor!

Invitar a casa a cenar es siempre un desafío. Sobre todo cuando tus invitados han venido varias veces. Entonces, aumentan las expectativas y se convierte en misión imposible! A mí como la cocina me gusta y me relaja, si puedo, lo hago encantada! Para mí cocinar es como una canción de Jaimie Cullum, Michael Bublé, Diana Krall o Norah Jones - mi preferidos! 
Solo tienes que seguir el ritmo de los fogones, de la temperatura y al final, sin saber cómo, te envuelves en los sabores -que nunca son los mismos-, los aromas que se fusionan y una sensación de tranquilidad que te hace sentir como si desprendieras energía por todas partes. 
 

A veces pienso en la película de Como agua para chocolate. A los que la habéis visto recordaréis esa escena en la que Tita, la protagonista, cocina un plato con pétalos de rosas - regaladas por su amor prohibido. Mientras cocina, Tita transfiere sus sentimientos al plato y provoca un impacto indescriptible en los comensales. Dudo que algún día llegue a transmitir esto en mis platos En mi caso creo que se quedarían dormidos... pero lo cierto es que cuando guiso para los amigos, me acuerdo de esta película.

 ¡¡Imaginaos!!


Os sugiero un plato para vuestra próxima cena "entre velas y amigos" y aprovecho para recomendaros una canción que me encanta "What a difference a day made". 

Lasaña de verduras con mucho amor!

Tiempo: 45 minutos
Ingredientes: para 6 personas
1 paquete de lasaña pre-cocina "lista para servir" del Mercadona
1,5 kg de tomate natural triturado o frito 
2 calabacines grandes
2 berenjenas grandes
2 cebollas grandes
1 tarrina de nata para guisar de 200 ml
Aceite de oliva
Sal
Queso emmental o mozzarella para gratinar
 
Pasos:
1. Coloca las láminas en un recipiente con agua muy caliente durante 20 minutos para que la pasta se ablandn. Al mismo tiempo enciende el horno para que se vaya calentando.
2. Pela toda la verdura y pártela en láminas muy finas. Póchala en una sartén con aceite de oliva por orden de cochura y echa sal al gusto. Es decir, primero el calabacín, después la berenjana y por último, la cebolla porque es la que tarda menos en hacerse.

3.  Fríe el tomate con aceite, sal y azúcar. La salsa de tomate es fundamental para la lasaña. También puedes tomar la versión rápida de comprar tomate frito, pero no sabe igual.
4. Echa la tarrina de nata al tomate y mézclalo muy bien.
5. Coloca las capas. La primera capa debe ser de tomate pero muy fina, solo manchando el recipiente para que la lasaña no se pegue. Después pon una lámina de lasaña y encima una de verdura muy generosa con una espátula de madera. Pon otra de tomate y otra de lasaña, otra de verdura y otra de lasaña. En total son 4 de lasaña, 2 de verdura y 1 de tomate (sin contar la manchada) que va arriba del todo. Finalmente, añade el queso rallado para gratinar.
6. Mételo en el horno a 200 grados durante 15 minutos. No hace falta que lo pongas más tiempo porque prácticamente ya tienes todo ya cocinado.


¡¡Que tengáis una magnífica semana coliflores y que gane España!!







PD: gracias Mamá por guisar tan bien y pasarme las fotos. Eres la mejor!





martes, 25 de junio de 2013

Olor a verano

Cuando estaba en el colegio me gustaba sentarme al lado de la ventana. (Más bien, me peleaba por estar al lado de la ventana...) Era un sitio muy codiciado próximos al verano en clases sin aire acondicionado - que aunque digan que estando cerca del mar no hace falta, es mentira!- y con los olores propios de la pubertad. Más de un profesor se daba media vuelta poniendo un solo pie en el aula. Entenderéis que estuviera feliz al lado de mi ventana.
Desde ella venían todo tipo de olores y en especial uno que llegaba en primavera y que me encantaba. Siempre me daba la vuelta para compartirlo con mi compañero de atrás: ¡huele a verano! - le decía con los ojos cerrados y mi cara de felicidad. A lo que él por supuesto contestaba que no había conocido una niña más cursi en todos los días de su vida...


Pues hoy todavía después de 15 años lo sigo diciendo, ¡y ayer Madrid olía a verano! Cuando cayó ese calor horno, empezó a correr una brisa, un aire de poniente con una pizca de olor a humedad que nos envolvió en una sensación de felicidad momentánea evocando otros lugares y también algún que otro recuerdo. Lo sentisteis?? Seguro qué sí!!
Y con esas ansias generalizadas de que por fin lleguen los días de calor os presento una receta veraniega:


Huevos rellenos con toque especial

Tiempo: 20 minutos
Ingredientes: (calcula 1 huevo y medio por persona aprox)
6 huevos
2 latas de atún
3 hojas de lechuga cortada de varios tipos (la escarola o la lechuga morada están buenísimas)
1/2 lata de maíz
Mayonesa casera 
1 puñadito de pasas (esto es muy opcional)
También podéis rociarlos con pimentón (como en la foto)

Pasos:
1. Cuece los huevos en un cazo durante 10-15 minutos, cuenta a partir de que el agua haya empezado a hervir.
2. Una vez los hayas enfriado debajo del grifo, pélalos y córtalos por la mitad. Separa las yemas de las claras cocidas.
3. Coloca las yemas en un recipiente y machácalas con un tenedor.
4. Haz una mayonesa deliciosa que aprendiste en una receta de hace una semanas en "Truquitos y utilidades V: una buena mayonesa" 
5.  Incluye a las yemas el atún, la lechuga cortada y el maíz. Mézclalo todo muy bien incluyendo la mayonesa de modo que se quede una masa uniforme y consistente.
6. Rellena las mitadas de claras cocidas con la mezcla y decora con algunas pasas que le aportarán un toque exótico y original. Y ya está:

un plato fresquito, bueno y facilísimo!!!!


Que difrutéis coliflores y feliz olor a verano!!


lunes, 17 de junio de 2013

Huyendo de los vicios


Uno de mis mayores placeres es el chocolate. 

Mis primos lo han aprendido bien y han decidido regalarme solo bombones en mis cumpleaños porque saben que es lo único q no voy a cambiar al día siguiente... Es una adicción horrible. 
Recuerdo que aborrecí los Ferrero Roche en el camino que había de mi casa al aeropuerto. Fuimos a recoger a mi padre a la vuelta de un viaje y lo primero que hizo nada más verme fue darme una caja de Ferrero de dos pisos que yo recibí casi con las lágrimas saltadas de alegría. Una vez en el coche ya os lo podeis imaginar... uno desmrás de otro y la caja llegó vacía a mi casa. Después del atracón y una noche malísima no he vuelto a probar uno de esos bombones. Ni siquiera el anuncio puedo ver! 

A pesar de que me apasiona el chocolate de forma incondicional, me he hecho una promesa a mí misma: nunca aprenderé a hacer dulces. Es solo una cuestión de no ponerme como una vaca. Pero para los que me habéis preguntado os puedo recomendar un blog que me encanta y sigo muchísimo - mirando pero sin probar, como Carpanta!

 Se llama La receta de la felicidad y cuenta con recetas de postres riquísimos y originales. Os gustara! Me conformo mirando las recetas, que no es poco!!







Así que no lo dudéis, daros un capricho y endulzaros que para eso es lunes!!!




martes, 11 de junio de 2013

Embotados

Creo que poca gente me llama por mi nombre completo. Incluso hace unas semanas alguien me preguntó: ¿y para qué te pusieron un nombre si después cualquiera te lo cambia?
La pregunta me hizo pensar en todos los apodos - unos más cariñosos, otros más "simpáticos" - que me atribuyen amigos y familiares. Y no solo eso! También en los de ellos. Mi amiga Bani sabe bien de lo que hablo con este tema y su madre también... Puede ser divertido que en un momento de risas acaben llamándote "el Empanao" - esto es solo un ejemplo, por ahora no he conocido a nadie con ese mote - pero claro, cuando pasan los años y en tu trabajo llegan a llamarte el empanao, la cosa cambia de color...
En mi caso por ahora no tengo de qué preocuparme... Creo que a la que más le gusta llamarme de mil 

formas distintas es a mi hermana. Mi atributo preferido es "volumen cero". Me lo puso porque ella está sorda como una tapia y pone la tele al máximo, mientras yo no dejo de bajarle el volumen... También me llama "la niña de los botes" y es que cuando vamos al súper lleno el carrito de botes de espinacas, espárragos, judías verdes y otras conservas estupendas que te salvan en más de una ocasión tu tupper del día. Por supuesto también voy al mercado a saludar a mis tenderos y comprar productos frescos, pero los botes tienen su punto!
Como ya estamos entraditos en la semana y algo cansados vamos a por una receta fácil de hacer, de los que casi se hacen solos!

Potaje de espinacas con garbanzos 

Tiempo: 20 minutos
Ingredientes: (2-3 raciones)
1 bote de espinacas
1 bote de garbanzos
1 lata pequeña de tomate natural pelado
1 cebolla
2 dientes de ajo
Vino blanco para cocinar
Aceite de oliva


 Pasos: 
1. Pica el ajo y la cebolla y sofríelos con aceite de oliva en una sartén grande. 
2. Cuando esté todo pochadito, echa el tomate natural pelado, sal y mezclado todo bien mientras se hace a fuego muy lento.
3. Pasados varios minutos, añade un chorreoncito de vino blanco para cocinar. Mézclalo muy bien y añade un poquito más de sal- si te gusta mucho, pero sin pasarte! También puedes añadir especias como la pimienta negra, el laurel o el orégano.
4. Una vez tengas tu sofrito, añade los garbanzos habiéndoles quitado el agua previamente. Deja que los garbanzos vayan tomando el aroma y el jugo que se ha creado con el tomate, el vino y el sofrito, en general.
5. Por último, añade las espinacas. Múevelo todo muy bien y déjalo a fuego muy lento durante 5 minutos. Después, quita la sartén del fuego y deja que se quede el guiso reposando en la sartén durante un rato.

Qué buen tupper facilísimo nos hemos hecho.

¡¡Que lo disfrutéis y 

muy buena semana "coliflores"!!






martes, 4 de junio de 2013

La obsesión con el bikini

En estas semanas encontramos por todas partes una obsesión generalizada por el bikini. Es lo que llaman la operación bikini. Dicen que hay que entrar en él o mejor dicho hay que intentar que el elástico no ceda demasiado en la primera puesta... Si encima ves en el metro una foto de niñas estupendísimas con bikinis enanos y vientre plano -ese que quizá nunca llegaste a tener- pues piensas: con el mal tiempo tampoco se estaba tan mal...

Yo por mi parte me he comprometido con mi tía a que de aquí a un mes, fecha a la que voy a la próxima boda, perderé - y perderemos!!- 3 kilitos, que se dice pronto! Porque esa es otra: la operación boda... La última vez me coloqué de fondo de pantalla del móvil el vestido - de una talla menos porque para la de la tienda me quedaba ideal...- en el que tendría que entrar el día B! Lo cierto es que entré, aunque un poquito embutida...

Pues ahí vamos. Haciendo todo el ejercicio posible e intentando cerrar el pico, que para los que nos gusta comer es todo un sufrimiento.Y al final me pregunto: con los bañadores tan bonitos que han diseñado últimamente, ¿por qué no ponemos de moda una operación bañador?? Seguro qué sería menos estresante!

La receta de hoy va totalmente acorde con la operación que tengáis en mente: algo sabroso y muy, muy sano. Animaros a probarla es facilísima!!!

Pollo con zanahoria y cebolla marinado en soja
Tiempo: 40 minutos
Ingredientes: para 3 personas (o 3 tuppers)
3 zanahorias medianas
1 cebolla
1/2 pechuga de pollo
Aceite de oliva
Soja
Y para el arroz, el que quiera: ajo y arroz basmati (mi preferido!)
Ojo! este plato es sin sal porque la soja ya es bastante salada. 
Pasos:
1. Pela las zanahorias, lávalas y córtalas en taquitos medianos y alargados. 
2. Parte la cebolla y córtala con un grosor parecido al de la zanahoria.
3. En una sartén con un chorreoncito de aceite de oliva, echa la zanahoria. Rehógala y déjala a fuego medio.
4. A los 10-15 minutos echa la cebolla. Ten como referencia que la zanahoria haya empezado a reblandecerse, aunque todavía no esté lista. También ten en cuenta que tienen cochuras distintas. 
5. Deja todo haciéndose a fuego muy lento y no dejes de darle vueltas de vez en cuando. Cuando veas que ya está casi listo, echa la soja generosamente para que vaya empapando la verdura.
6. Parte la pechuga en tiras parecidas a la verdura. Échala en la sartén y pon el fuego al máximo. Esto es cuestión de de 3 minutos porque si no el pollo se puede quedar muy seco.
7. Para el arroz, ya sabéis que la proporción es 1 vasito de arroz por dos de agua. Mi forma de hacerlo: pica un par de dientes de ajo y sofríelos en un cazo. Añade el arroz y tuestalo. Después el agua y quédate muy pendiente dando vueltas para que no se pegue. Tardará unos 15 minutos. Te recomendaría que por último lo escurrieras para quitarle un poquito de almidón.


Mucha suerte con la operación X, pero no os olvidéis de disfrutar!!!